... despierta a tu cuerpo entero con sus trescientos sesenta huesos y articulaciones y sus ochenta y cuatro mil poros; convoca un espíritu de gran duda y concéntrate en esta palabra: “mu.”
llévala continuamente, día y noche. no formes una concepción nihilista de desocupación o una concepción relativa de tener o no tener.
será como si simplemente tragaras una bola de hierro candente la cual no puedes escupir aunque trates.
todas las ideas ilusorias y pensamientos alucinatorios acumulados hasta el presente serán exterminados y cuando el momento llegue, interno y externo serán espontáneamente uno. tú lo sabes, pero solo para ti, como un mudo que ha tenido un sueño ...
mumon ekai. del mumonkan, la entrada sin puerta, 1228