miércoles, 31 de octubre de 2012

gordon terry

 fits within

superconsciousness 

untitled (study for spells were cast, hypnotism became widespread, and the atmosphere of the middle ages breathed evil)

dedicated to he or she who performs no function of the proper bourgeois

a refusal of the materialist insistence on surface and plane

viernes, 12 de octubre de 2012

el diablo de polvo

se denomina diablo de polvo a un pequeño tornado minúsculo, alto como dos o tres hombres superpuestos, que levanta el polvo o la paja de los campos durante el mes de agosto. el diablo llega en el momento de las tormentas. es una columna amarilla que avanza de modo errático. forma luminosa, granulosa, antecede al rayo y anuncia los relámpagos. la forma se arremolina a una velocidad intensa sobre los surcos cuya tierra levanta, o sobre la grava de la orilla, cuya arena extrae, o a lo largo del sendero, donde recoge fragmentos de paja y flores de cardos. se deshace, en general, en los ramajes de un bosque.
o incluso se aplasta contra la superficie del agua.
a veces ocurre que la noche no se retira del todo de los días que vivimos. entonces nuestros cuerpos tienen, en pleno día, reacciones que no son sincrónicas. tienen el rostro de la noche anterior. pasado el mediodía, todavía vivimos una pesadilla. incluso cuando introducimos la llave en la cerradura de nuestra puerta al término de la jornada de trabajo, todavía estamos conmocionados por aquellos que hemos vuelto a ver en nuestro sueño, y sobre todo por lo que nos han dicho. a pesar de que echemos agua en nuestras mejillas y nuestra frente, es inútil; la noche deja arrastrar algunas imágenes que brillan con un fulgor que por cierto no proviene del día astral.
las imágenes oníricas tienen algo de los cantos rodados que están en el agua. que brillan bajo la onda helada que se escurre entre las mentas. su belleza hace que uno se incline. es imposible resistirse a las ganas de arrodillarse ante el olor maravilloso que se eleva de las pequeñas hojas dentadas y aterciopeladas de las mentas que uno pisotea en el yonne. uno se arremanga la camisa por encima del codo. hunde la mano que se pone a temblar de frío.
los dedos helados y blancos recogen esas piedras en el fondo de la transparencia; las sacan a la luz; el agua gotea de ellas; el aire las oscurece; los ojos se desaniman; hablo de los instantes más densos de nuestras vidas; su atractivo se oculta; ya no sabemos qué querían decirnos esas piedras que brillaban en tornasol; ya no sabemos por qué espontáneamente, nos hemos arrodillado.
eran ojos terribles. eran vestidos de seda y pechos maravillosos. eran sexos de dos sexos; partituras desgarradas; muebles de provincia; un presidente amarillo como la cera; una nariz filosa; dos amigos.
cantos rodados deslucidos. cantos rodados deslucidos.

pascal quignard. de la barca silenciosa, 2010