jueves, 6 de mayo de 2010

diploma de sensibilidad circular

A los candidatos al diploma de sensibilidad circular no es al teatro a donde se los lleva, sino a la calle, a lugares donde subsiste la miseria, o a lugares donde, por el contrario, reside el bienestar y la monotonía de la existencia sin altibajos y donde parece que no hay nada que sentir. Este es el suelo adonde se los lleva, a fin de ver qué trufas detectarán.
La prueba de la calle no es fácil aún cuando la suerte propicia os ofrezca transeúntes simples e interesantes a primera vista. Es preciso sentir rápidamente, enganchar a uno, o largar tan pronto el gancho en provecho de otro más importante por conocer y que pasa rozando el muro. Si el estudiante no ve a los transeúntes más que por lo exterior, en bocanadas de desdicha, si no engancha a los petrificados en sí mismos, a los que un viejo sentimiento encapsuló hace veinte años, un sentimiento del cual ya no pueden liberarse, mala nota para el candidato, mala nota; observamos entonces su rostro como una mano que atrapa, que no atrapa, que da, que no da... que da poco.

Henri Michaux, de Aquí, Poddema, 1946

1 comentario:

LuVela dijo...

qué lindo... qué atinado...